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Hiperacusia: sí, la audición puede doler

Hiperacusia: sí, la audición puede doler

El maullido de un gato suena como el rugido de un león. Pasar una página suena como el estallido de un trueno. La descarga de un inodoro suena como las cataratas del Niágara. Y un teléfono que suena, un pájaro que canta, un microondas que emite un pitido, todo se siente como un cuchillo apuñalando el tímpano. 

Eso es hiperacusia. En muchos sentidos, la hiperacusia es lo opuesto a la pérdida auditiva. En lugar de bajar el volumen del mundo, se sube, a veces hasta el punto del dolor. 

¿Qué causa la hiperacusia?

El ruido excesivo es una de las principales causas de la hiperacusia, aunque la ciencia aún tiene que aprender los mecanismos que conducen a tal incomodidad y dolor auditivos. 

La hiperacusia a menudo es el resultado de una lesión por ruido, a veces llamada trauma acústico. Este ruido puede ser un ruido de impulso repentino, como la explosión de una bolsa de aire, un disparo o una alarma de humo. El daño por ruido es acumulativo, por lo que la hiperacusia también puede provenir de una exposición al ruido menos fuerte pero prolongada o episódica, por ejemplo, demasiados conciertos o escuchar demasiado con auriculares o audífonos. 

Síntomas adicionales

La hiperacusia suele ir acompañada de otros síntomas. Éstos incluyen:

  • Tinnitus o zumbido en los oídos
  • Plenitud auditiva: una sensación incómoda de presión dentro del oído, que a veces se expande hacia el cuero cabelludo, la cara o el cuello
  • Golpes o aleteo del tímpano
  • Percepción de los sonidos como distorsionados o con eco
  • Dolor ardiente inicial, a menudo descrito como una sensación de ácido, quemadura solar o papel de lija en el canal auditivo, con dolor punzante adicional tras la exposición al ruido.

Diagnóstico

La hiperacusia es generalmente un autodiagnóstico, al igual que el tinnitus. Los audiólogos generalmente se ocupan de la pérdida auditiva y es poco probable que estén familiarizados con la hiperacusia. Tampoco lo son los médicos, aunque algunos médicos informados pueden formular un diagnóstico haciendo las preguntas correctas. 

La única prueba que a veces se usa para el diagnóstico se llama prueba de nivel de incomodidad por volumen, donde los pitidos de diferentes frecuencias se vuelven cada vez más fuertes y los pacientes identifican el punto en el que el ruido se vuelve incómodo. La prueba, sin embargo, pone ruidos ásperos en un oído delicado, lo que puede causar un revés. Por lo tanto, los pacientes deben conocer el riesgo de dicha prueba. 

Tratamiento y manejo

Aunque la hiperacusia, como una conmoción cerebral, puede mejorar por sí sola, empeora fácilmente con un ruido adicional. A veces, el empeoramiento se retrasa y no se hace evidente durante unos días o más. Por lo tanto, evitar una nueva lesión prevenible es una prioridad. Es especialmente importante estar alerta al peligro del ruido sorpresa. 

Algunos casos leves responden a la terapia de sonido, utilizando un ruido de fondo de banda ancha suave que aumenta gradualmente, durante meses, en volumen. La información en línea a menudo entra en detalles técnicos finos sobre el ruido blanco frente al ruido rosa, aunque la consideración más importante es encontrar un ruido cómodo. Algunos casos, sin embargo, empeoran con la terapia de sonido.

Algunos pacientes encuentran que el ruido marrón suave de fondo es particularmente relajante, y ese ruido de fondo constante puede amortiguar el impacto de un sonido discordante repentino, como el cerrarse de una puerta. 

Otros prueban medicamentos para el dolor o relajantes musculares, pero los medicamentos tienen efectos secundarios. 

Protección auditiva: ¡No empeore!

El equipo de protección es esencial para controlar la exposición al ruido. Muchos pacientes con hiperacusia tienen un arsenal siempre a mano: tapones para los oídos (que deben usarse correctamente), auriculares con cancelación de ruido (que funcionan contra tonos bajos constantes, como vehículos palpitantes) y orejeras protectoras (generalmente más fáciles de usar que los tapones para los oídos).

Un mito en el campo es que la “sobreprotección” empeora a las personas. Ese consejo se originó a partir de estudios de estudiantes universitarios sanos que usaron tapones para los oídos 23-7 durante dos semanas y mostraron una disminución muy pequeña y temporal, solo un puñado de decibeles, en su umbral de dolor.

Desafortunadamente, esta información se ha traducido en el consejo dañino de que la tranquilidad empeora la hiperacusia, y ha circulado ampliamente por la web. De hecho, el ruido es lo que agrava la hiperacusia, mientras que el silencio promueve la curación.

Una vez que alguien tiene hiperacusia, deja de serlo.

Si necesita más información, le recordamos que estamos disponibles para usted a través del teléfono gratuito 900 505 652 o en cualquiera de nuestros centros distribuidos a lo largo de la Comunidad Valenciana, Madrid, Reus y Mondragón. ¡Pida cita!

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