El oído y el equilibrio

Nos encontramos que el oído está dividido en tres zonas:

La zona externa:

Compuesta por el pabellón auditivo, comúnmente llamado oreja y el canal auditivo externo.

Oído medio:

Que encontramos ubicado en la caja del tímpano, donde se aloja un estrecho conducto por el que se transmiten las ondas sonoras al oído interno.

El oído interno:

Que localizamos en el interior del hueso temporal. Lo encontramos dividido en cóclea, vestíbulo y tres canales intercomunicados donde encontramos un fluido llamado endolinfa.

La endolinfa y su papel en el equilibrio

Hemos localizado este líquido gelatinoso (Endolinfa) en la arte interna del oído, pero ¿cuál es su función?

No, no empezaré a dar nombres técnicos ni definiciones de diccionario, os daré una definición totalmente comprensible.

Como he comentado, la endolinfa es un líquido, un líquido muy similar al suero que encontramos en nuestra sangre.
Este líquido, sigue las leyes de la física y se mueve cada vez que nosotros movemos la cabeza.

Los movimientos de la Endolinfa, provocan también el movimiento de unos pelitos llamados cilios que son los encargados de transmitir la información al cerebro.

El cerebro, interpreta estas señales y envía órdenes a los músculos, lo que permite que podamos mantener el equilibrio.

Otros sistemas que intervienen en el equilibrio

Al margen del oído, también encontramos otros factores que intervienen directamente en la posibilidad de poder mantener el equilibrio.

No olvidemos que el equilibrio es uno de los sentidos fisiológicos y por lo tanto intervienen factores como:

La vista:

Que nos permite percibir distancias, la profundidad de los objetos y el entorno a nivel general. Es decir, nos permite conocer nuestra ubicación y situación.

El sistema propioceptivo:

Este permite a nuestro cerebro conocer la situación del cuerpo frente al entorno.

El cerebro, recibe información a través de los “Sensores” que tenemos en nuestro cuerpo, pies, manos, torso, etc. Y son los impulsos eléctricos que envían al cerebro lo que permite mantener la posición del cuerpo en cada momento.

Problemas de equilibrio por afecciones auditivas.

Como hemos comentado, el oído es un órgano complejo, que además interviene en múltiples situaciones de nuestro día a día.

Cuando tenemos una afección en el oído y concretamente en el oído interno que es la parte que estamos tratando. Nos podemos ver limitados y como veremos ahora, también en nuestro equilibrio.

El síndrome de Ménière

El síndrome de Ménière es una afección del oído interno que produce un aumento del líquido endolinfático.

Aunque no nos centraremos ahora en conocer esta enfermedad afondo, (Lo dejamos para otro artículo).Si que explicaremos sus principales síntomas.

Si bien los síntomas del síndrome de Ménière pueden presentarse en forma de pérdida de audición, acúfenos y sensación de presión otica, nos centraremos en el vértigo rotatorio.

El vértigo rotatorio, en el tema que nos abarca hoy, podríamos definirlo como la imposibilidad de mantener el equilibrio.

Si bien no es un síntoma que aparezca en solitario con esta patología, sí que queríamos mostrar la afectación en el equilibrio debido a esta enfermedad del oído interno.

Episodios de vértigo

Cuando el paciente se ve afectado por el síndrome de Ménière, suele tener episodios de vértigo.

Estos episodios no tienen una duración determinada. Existen pacientes que pueden sufrirlos durante 20 minutos o crisis que duran hasta 12 horas.

Durante estas crisis, que suelen iniciarse con una sensación de presión en el oído o ruido, el afectado tiene la sensación de que todo su entorno gira.

Esta sensación está directamente relacionada con el oído y su función de mantener el equilibrio, ya que la información que se está transmitiendo al cerebro no es correcta, debido a este incremento de líquido endolinfático.

Mantener los oídos sanos

Los oídos, como acabamos de ver, no solo nos aporta la posibilidad de escuchar, sino que tiene una acción directa y determinante en nuestro equilibrio.

Mantener nuestros oídos en buen estado de salud, nos permite disfrutar de una vida sin las limitaciones que algunas afecciones nos pueden suponer.

Realizar una revisión en un centro auditivo periódicamente, ayuda a este buen estado de los oídos y a la detección precoz de afecciones y enfermedades.